jueves, 13 de octubre de 2016

Una voz crujió

Este poema surge de la primera reunión de Todos Somos Verso (Foto adjunta), realizada en el parque del este de Barquisimeto. Y esto dio paso al resto de las locuras en conjunto.

La tarde en su esplendor se mantuvo,
mientras todo demasiado quieto estuvo.
Graneadas llegaron las personas,
que en consenso buscaron un sitio a solas.

 Bajo una sombra irregular, con movimiento,
de aquel árbol, aparentemente, en silencio.
Sobre un verde espeso contrastado,
que con el alma ecológica se ha anhelado.


 Una cabellera ondulante se presentó,
Segundos y sin más todo un paso dio.
Voces surgieron de los labios sellados,
que internamente todos mostraron.

 Facetas silenciosas por nervios,
o algo de movimientos inquietos.
Páginas blancas se hacían invisibles,
Y de pronto la inspiración se volvía visible.

 Un sonido inapagable, aquella de las voces,
El silencio dejó de existir. Bullas atroces.
Deja de existir la diferencia.
Deja de exigir la congruencia.

 Sin permiso otra voz se unió,
aquella que nadie esperó, crujió.
Rostros alzados al cielo ¿Un dios? no
Una voz ¿Cuál? ¿Quién? Otra vez no.

 El crujir entre ellas se escuchó, intervención,
el árbol alzó su voz, también recitó.
Solo eran dos ramas haciendo el amor,
Todo inspirado por un recital de versos.
Y no necesariamente de amor.

Autoría: Jorge Suárez

No hay comentarios.:

Publicar un comentario