Beso Mortal - Capítulo 4

Obra de Rudolph Nonnenkamp, 1851.

Capítulo 4

Ya es muy tarde pero siempre quise saber cómo se despierta una mujer luego del día de su boda. Según mi doncella, adolorida pero feliz. Según yo, ese día debí despertar feliz y mantener la emoción durante el día y los venideros. Horror para mí que no fue así.

Apenas abrí los ojos la claridad que pasaba me encandiló, estuve quieta acostumbrándome y reviviendo las horas pasadas, suspiré profundo y giré lentamente para ver a mi esposo dormir ya que en el rato que había despertado no sentí movimiento alguno. No se imaginan el grito que di cuando vi que junto a mí estaba un adefesio mirándome, si es que esa cosa veía. Asustada brinqué de la cama y grité amenazando con lanzarme por la ventana si se acercaba. No sé si hubiera sido capaz pero quizá eso era mejor que compartir cama con aquella bestia. Resultó ser un hombre deforme que me pidió calma y que no gritara. Llamé a viva voz a Gianciotto para que me defendiera, pensé que le habrían hecho algo, incluso que estábamos siendo víctimas de algún ataque.

Todo se paralizó cuando dijo que él era Gianciotto. Parpadeé y me burlé, él jamás podría ser mi esposo. En seguida tocaron a la puerta y él abrió, justo llegaba mi padre con mi doncella como si hubiera tenido visión de aquel momento, prácticamente habrían llegado horas después que nosotros y yo no lo sabía, también algunos guardias aparecieron tras los primeros que intentaban explicar la situación. Corrí a los brazos de mi padre y éste me miró con deje triste cuando pregunté qué ocurría. El desconocido intentó acercarse para consolarme y fue peor, lo vi cojear y su rostro deforme. El único paso que intentó hacia mí causó que todo su cuerpo se bamboleara sin sincronía, lo que me horrorizó más, así que oculté mi rostro en el pecho de mi padre. Tranquilizados mis sollozos me pidió que me sentara en la cama a lo que negué, no quería compartir cama con aquel hombre que al parecer mi padre conocía. En cambio tomé una silla, él sacó a quienes sobraban y quedamos el adefesio, la bestia, mi doncella y yo.

Más tristeza me embargó cuando oí de los labios de mi padre decir que ese hombre sí era Gianciotto Malatesta. Al principio me creí loca, hasta imaginé que comí algún alimento que me causó alucinaciones porque no eran las mismas personas. Recordé los deliciosos besos y en seguida tuve nauseas por pensar que yo había vivido espejismo y besado a aquel hombre. Mi padre prosiguió: el hombre con quien viví la boda y la noche anterior era Paolo Malatesta, hermano menor de Gianciotto. Todo había sido dispuesto de aquel modo para que pudiera acceder a la boda sin reproches, sabían que si me presentaban a Gianciotto, el cuál no era nada agraciado, me negaría una y otra vez y en eso tenían razón. Así que me habían hecho vivir una pequeña mentira para salvar orgullos y poderes.

Encolerizada corrí a todos del cuarto para quedarme sola ante tal noticia. Comencé a cuestionarme todo. Cómo era posible que mi propia familia me hubiera engañado, cuántos me habrían visto la cara de estúpida en la boda sabiendo que ese hombre no era mi esposo y que todo era falso. Lloré tan amargamente que me volví a quedar dormida esa misma mañana. Cuando desperté el verdadero Gianciotto quería hablar conmigo y lo aparté de mi vista, no le permití la entrada al cuarto. Ese día comí poco por lo que mi doncella me regañó, debía comer porque esa noche... esa noche sí debía consumar el matrimonio con el verdadero Gianciotto. Escuchado esto no pude más que reiniciar el llanto con quejidos de dolor en el alma. Cómo era posible que todo me estuviera ocurriendo. Luego de tanto misterio para el compromiso ocurría aquello.

Caída la noche comí y aunque seguía molesta debía seguir con aquel teatro en el que yo seguía siendo una marioneta. Debía consumar el matrimonio.

_______________________________

Una pequeña y desencadenante mentira que traerá consecuencias. ¿Hasta ahora qué les parece? Tranquilos, si se preguntan por el erotismo vamos gradualmente y aún quedan capítulos.

_______________________________

Si te perdiste el capítulo anterior:

Cliquea aquí: Capítulo 3.

Para seguir leyendo la historia: Capítulo 5.